¿Cuál es su motivación?
La motivación es el núcleo del enigma de la violencia, y por
lo tanto del asesino en serie, una de sus formas más extremas; se define la palabra “motivo” como un impulso interno que
influye en la voluntad.
Con los asesinos en serie se ha demostrado que tienden a
ser selectivos al acechar a sus víctimas y que lo hacen impulsados por alguna
necesidad interior imperiosa.
"En general, el propósito del comportamiento es hacer realidad nuestros deseos o satisfacer nuestras necesidades".
De acuerdo con esto, los asesinos en serie hacen aquello que
satisface sus necesidades, y en este sentido, la violencia tiene su utilidad. Aunque la brutalidad y la repetición de los asesinatos
sugieren que un asesino tiene una perturbación psicológica, en ocasiones los
comportamientos más aberrantes no son fruto de esto. Son relativamente pocos los asesinos en serie conocidos
diagnosticados clínicamente como psicóticos. Sin embargo, no cabe duda de que
el asesino en serie esté mentalmente trastornado, pero si no es psicosis ¿qué
es?
Sus experiencias vitales están marcadas por recuerdos
angustiosos, creencias distorsionadas y conflictos no resueltos que dirigen su
comportamiento asesino, tanto a nivel consciente como inconsciente.
Candice Skrapec, psicóloga forense, realizó diversas entrevistas a algunos asesinos en serie. Al describir sus crímenes, todos los sujetos hablaron de
las cosas más atroces con total naturalidad y surgieron tres temas o
motivos que reflejaban las poderosas fuerzas internas que les impulsaron a
cometer los asesinatos y, de algún modo, estaban presentes en casi todo lo que
relataban:
- Autojustificación.
- Poder y control.
- Sentirse vivos.
1) En general, los sujetos tenían una relación distorsionada
con el resto del mundo, en la que todo lo que hacían estaba justificado,
esencialmente, por el mero hecho de que lo hacían ellos. Por un lado reconocían haber obrado mal pero, por otro, parecía estar convencido de que sus acciones estaban
justificadas. Se daba pues, una contradicción entre la conciencia cognitiva de
la ilegalidad de su conducta, y el significado emocional de esa conducta.
Se trata de un prototipo de individuo que pierde la
paciencia cuando alguien no entiende que él, en realidad, es una víctima que
castiga a los que se lo merecen. De ahí, que casi todos se consideran, ante
todo, víctimas.
2) Los asesinos dijeron que el acto de matar les otorgaba una
fuerte sensación de poder, aunque era fugaz. En sus fantasías salía a relucir
insistentemente este tema. La enorme importancia que la fantasía tiene en la vida
de estos sujetos puede tener su explicación en la naturaleza de la misma (proporciona
una experiencia en la que nosotros ejercemos un control total sobre la
situación, sobre los demás y sobre el propio destino). En las fantasías, las
exigencias del mundo real no interfieren en la experiencia del éxito y de la
gratificación personal, y eso es lo que hacen que sean especialmente seductoras.
3) El acto de matar les hacía sentirse vivos. Sentían un
éxtasis eufórico o una ira violenta que al exteriorizar les producía gran placer.
Después de esto, les sobrevenía un estado de calma y sensación de alivio. Pero,
según dijeron todos, no lograban conservar estas sensaciones después del
asesinato y cada vez se encontraban más intranquilos. Para hacer frente a este estado
de intranquilidad, se refugiaban en el alcohol o en sus fantasías; pero, al
final, el único modo de encontrar la tranquilidad (temporalmente) era volver a
matar.
¿Cómo eligen a sus víctimas?
Las víctimas suelen tener un valor "simbólico" para el asesino. Por ejemplo, en ocasiones la mayor parte de las víctimas tienen características similares, como el color de cabello, el género, la edad, que pertenezcan a ‘cierto círculo’, etc.
También, por lo general, escogen víctimas vulnerables, tales como prostitutas y niños.
Cuando están cazando a su "presa" el asesino no experimenta enojo o furia alguna; por el contrario parece entrar en un trance. Busca víctimas altamente idealizadas a las cuales avergonzará, humillará y destruirá. Degradando de este modo a la víctima, el psicópata busca destruir al enemigo hostil que mora en su propia mente.
Información muy general de diversas fuentes.
Phantom & Spider.
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